Aún recuerdo cuando de pequeño, allá por el siglo pasado, soñaba con el Futuro, uno lleno de robots que harían todo el trabajo, coches voladores, veraneos en la Luna, ropas de color papel Albal, ordenadores superpotentes y televisión en tres dimensiones.
Pocas de las predicciones se han cumplido, los robots son meras máquinas, nada de sotisficados androides, aunque algunos de ellos sí se rebelan contra sus creadores, si no que se lo digan a Pater y sus problemas con el video. Los coches no vuelan, pero conozco a alguno que con el suyo planea bajo. Los veraneos no son en la Luna, pero quién me iba a decir a mí que un día iba a estar en una punta del globo y al siguiente de vuelta en casa, emulando al bueno de Fileas Fog. El papel Albal no ha llegado a nuestro armario, afortunadamente la ropa no ha cambiado mucho de diseño, como mucho tenemos nuevos materiales, a veces incluso reciclables.
Con respecto a los ordenadores y la tele, parece que mis fantasias se van cumpliendo, los primeros cada vez más potentes y más pequeños, y la segunda a punto de pasar de analógica a digital, o lo que es lo mismo, la simbiosis de ordenador con la tele.
Si repasamos los cambios algunos resultados son:
- De hablarle al coche, casi todo insultos, y no obtener respuestas, a coches que se controlan por la voz o nos indican como conducir.
- De ordenadores mastodónticos con cables por todos lados a portatiles wifi todo terreno, y algunos con complejo de estufas, si no que se lo digan a mi centrino.
- De cuardenos y bolígrafos a PDAS que igual te almacenan una nota, que una foto, que un video o toda la discografía de Camarón.
- De teléfonos fijos de disco a moviles que hacen fotos, reproducen videos, valen como consolas de videojuegos y además se pueden usar para llamar.
- De televisores en blanco y negro a pantallas planas que te dicen hasta que ver.
- De cocinar con paciencia a usar el microondas para todo.
- De videos Beta a DvDs leelotodo.
- De equipos de música que ocupaban un mueble, a los que hay que descubrir donde se esconden.
- De walkmans que tenías que colgarte al hombro, junto con tu maletín de cintas, a los reproductores mp3s que caben en un bolsillo y almacenan cientos de canciones.
- De esperar media hora para jugar con el spectrum con tu vecino, a las consolas en red que juegan con un tio de Australia.
Y así podría seguir enumerando maravillas de la técnica, las cuales a veces más que adelantar, nos embrutece.
Categorías: Vida de Una Neurona Absurda
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