Continuamos con otra
selección de momentos absurdos debidos a la idiotez del ser humano...
Por mis santos cojones que hago la fiestaDesafío: En 1993, James Scott de 24 años, vivía en el lado de Illinois del río Mississippi. Su esposa trabajaba en la otra orilla del río, en Missouri. James quería montar una "fiesta" en casa, pero su esposa no se lo permitía.
La Idea Absurda: James pensó en retirar unas cuantas bolsas de un dique próximo, para que de esta manera se inundara el camino que usaba de vuelta su esposa, obligándole a dar un gran rodeo y de esta manera le diera tiempo de celebrar el "fiestuqui".
Resultado: No sólo inundó el camino, si no que se cargó unos 14.000 acres de tierras, destruyendo cosechas así como docenas de hogares y de negocios, y haciendo que un puente local fuera cerrado por más de tres meses. Después de jactarse sobre su “éxito” a sus amigos, fue arrestado y condenado a cadena perpetua (la pena máxima por “causar una catástrofe”).
La Jungla de CristalDesafío: Somjet Korkeaw, un oficinista de 42 años de Bangkok, Tailandia, salía de su trabajo un sábado por la tarde cuando recordó que olvidaba algo en su oficina, situada en el piso 99. Desafortunadamente, al volver al edificio se encontró que el ascensor y las escaleras ya se encontaban cerrados por ser fin de semana.
La Idea Absurda: Decidió meterse en un pequeño montacargas, que se usaba para subir documentos, emulando al bueno de John MClean. Debido a que el espacio dentro del montacargas era muy pequeño, para entrar en él tuvo que hacerse un ovillo con el cuerpo.
Resultado: El peso de Somjet era unos 68 Kilos, demasiado para el pobre montacargas, por lo cual quedo atascado entre dos plantas, teniendo que esperar más de 40 horas hasta que fue rescatado al abrirse el edificio el lunes por la mañana.
Es duro ir a la modaDesafío: Un chico de 19 años de Spokane, Washington, quería hacerse un collar con balas.
La Idea Absurda: La única manera que se le ocurrió de engarzar la munición era traladando las vainas.
Resultado: Debido a que el muchacho usó munición cargada, al traladar una de las vainas ésta le explotó en las manos. Sobrevivió a la explosión, pero no podrá tocar el piano en su vida.