01 enero 2007

Relato de una Nochevieja

Para mi la cena de Nochevieja es algo que me pone a cien...

El estrés comienza con la cena. Aquello parece una prueba del Gran Prix:
tienes que llevar bragas rojas, tener algo de oro para meterlo en la copa,
preparar las doce uvas... Y contarlas varias veces, porque, como son todas
iguales, te equivocas: Una, dos, tres,cuatro... una, dos,tres, cuatro,
cinco, seis... Esta pocha ya la he contado... Una, dos...siete, ocho...
¡Joder, las doce menos veinte! ¡Chavalín, trae el Rotring, que las voy a
numerar, como en el Bingo! Y tu madre:¿Queréis venir, que se enfrían las
gambas? Que esa es otra: te tienes que comer todo lo que está en la
mesa...¡antes de las doce!; que, con las prisas, más que pelar gambas,parece
que estás desactivando una bomba. ¡Coño, las doce menos diez! ¡Mamá,no me da
tiempo: hazme un sándwich con el cochinillo, que ya está terminando Cruz y
Raya! Y no eres el único que está agobiado, ¿eh? No hay más que ver la tele.
Allí están Ana Obregón y Ramón García, explicando a toda España cómo
funciona un reloj. Acojonados por si se equivocan: Cuando la aguja pequeña
esté en las doce y la grande también....serán las doce. ¡Coño, como todas
las noches! Y entonces bajará la bola y... luego vienen los cuartos,¡no
vayan a empezar a comerse las uvas, ¿eh? Vamos a ver: ¿por qué nos explican
mil veces que no nos comamos las uvas en los cuartos y nadie nos explica por
qué coño tiene que bajar una bola? ¿Qué clase de reloj es ése? Cuando por
fin llegan las doce, en toda España se oye lo mismo: Cla, cla, cla, cla...
Eso es la bola: cla, cla, cla...

Din-don... ¡Ah no, que son los cuartos! Din-don...
¡Escupid que son los cuartos!
Din-don...
Pfbbbbbbbb... ¿qué son qué?
Din-don...
Los cuartos...
Ton...
¡Ahora, ahora!
Ton...
¡Una!
¡Que no, que vamos por la segunda!
Ton...
Pues me meto dos...
Ton...
Seis...
¿Cómo que seis?
Ton...
A mí ya no me caben más, ¿eh?
Ton...
¡Eh!, ¡deja mis uvas, cabrón!
Ton...
¡Es que se me ha caído una al suelo!
Ton...
Bgrfds...
Ton...
Bggggdffffff...
Ton...
A mí ya no me quedan...
Ton...
Bgggggdffffff....
¡Pues a mí me sobran cuatro!
Ton...
Bfgggggggg, grounfffffff...

Y cuando acaban, toda la familia con la boca llena de babas, a darse
besos:Feliz año, eeeeeeeeeh, felicidades, grfdddfd... Y suena el teléfono:
¡riiiiiiiiiing! ¡Pero coño! ¿Ya están llamando? ¿No se pueden esperar? Pues
a mí todavía me sobran dos... ¡Champán, que alguien traiga el Champán!

Pero, bueno, ¿a vosotros os parece lógico empezar el año así? ¡Qué estrés,
de verdad! Pero como es Nochevieja... tienes la obligación de divertirte.

Así que después te vas a un fiestorro a un sitio en el que, si caben mil
personas, el dueño ha decidido meter a cinco mil doscientas. Muy bien!
Cuatro mil doscientas más de las que caben! Quédate en la calle si te
apetece, con la pelona que está cayendo! Así que entras. Lo bueno que tiene
ir a un sitio así es que te puede pasar
cualquier cosa. A mí el año pasado me ocurrió de todo. Yo estaba tan
tranquilo, tomándome mi cubatita de garrafón, cuando derepente un tío me
cogió por detrás y me dijo: ¡¡¡¡¡COOOOOOOOONGAAAAA!!!!! Y, claro, que vas a
hacer,pues te pones a bailar... ¡Eso te lo hace un tío en el autobús y le
partes la cara! ¡Pero como es
Nochevieja... ¡Pues hala! Y de repente te das la vuelta y llevas cien
personas enganchadas a tu culo. ¡A ver como escapas de ésta! Porque una
conga es como una secta: entrar es muy fácil pero salir es muy jodido.
Porque en el garito hay como doce congas girando a toda pastilla... Bueno,
pues iba yo conduciendo mi conga... por mi derecha, cuando, de pronto, me
veo venir en dirección contraria una conga suicida acojonante
conducida por un gordo con casco de vikingo. Yo le iba a hacer ráfagas,pero
como las congas no llevan ni luces ni nada... pues, para evitar la colisión,
di un giro brusco a la derecha... ¡Y me tragué entera una columna de
espejitos! ¡Siniestro total! Doce heridos leves y una columna de espejitos
destrozada. Y yo, con una ceja abierta tirado en el suelo pensaba: Joder,
como me hagan soplar ahora, la hemos cagao. Y en ésas, me desmayé.

Al despertar estaba en la sala de urgencias,rodeado por todos los de mi
conga. Algunos todavía no se habían desenganchado; habían venido corriendo
detrás de la ambulancia. Bueno, las urgencias en Nochevieja, hay
que vivirlas. Si,en la sala caben cincuenta personas, el dueño ha metido a
ciento cincuenta... Como el de la discoteca. Y como allí también es
Nochevieja, el camillero lleva un gorrito de moro, la enfermera un collar de
hawaiana y el que te cose la ceja unos dientes de Drácula, ¡que te da una
confianza...! El tío te dice: ¿Qué ha sido? ¿Con una moto? No, con una
conga. ¡Ay!, si es que van como locos con las congas...

2 comentarios:

JDA dijo...

Nada nada... si ya lo digo yo... que lo quedarse en casa con los amigos con calma y después estar jugando hasta tarde cada años nos parece mejor opción :P

-ZalayA- dijo...

Yo no como uvas, soy mas de pasas, asi que me ahorro la primera parte de problema. Y en cuanto a las congas, siempre es mejor envestir a la otra conga; pueden pasar dos cosas: o se juntan en una sola, o el conductor de la otra te pregunta si estas loco o qué te pasa. Tu échale la culpa a él, que con ese sombrero de vikingo, nadie dudará de que está más borracho que tu.
----namarië----