Dos de ellos se enfrentan de la forma convencional (una sola vez): si uno de ellos dos gana, él es el ganador entre los tres; si los dos que se enfrentan empatan, el triunfo es del tercero. Esta extensión del juego es matemáticamente justa, y hasta más eficiente que la versión de dos jugadores porque asegura un resultado tras una sola iteración.
Y es que el mundo sería más fácil si todos los conflictos se solucionaran de esta manéra.
Vía: Juegos de Ingenio
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